El Invernadero de SB, un refugio en la Gran Vía
Madrid, OcioHace unos meses descubrí que la marca Salvador Bachiller tenía unos “gastrobares” en algunas de sus tiendas del centro, y tenía mucha curiosidad por probarlos. Así que hoy, aprovechando que tenía que hacer cosas por el centro, me he plantado en El Invernadero de SB (Gran Vía, 65) para probar su brunch.
El local: un oasis en el centro de Madrid
El local está en el sótano de la tienda y es un espacio precioso. La decoración con plantas y espejos por todas partes está súper bien cuidada, los muebles son vintage, todos diferentes, y el ambiente es increíblemente relajante.
La verdad es que me ha recordado a un salón de té de principios del siglo XX, con un aire muy Belle Époque.
La carta: más variada de lo esperado
La carta del Invernadero de Salvador Bachiller es bastante más extensa de lo que me esperaba. Se puede comer, merendar o incluso picar algo de afterwork. Además, tenían unos cócteles muy apetecibles que definitivamente tendré que probar en otra ocasión.
El brunch en Salvador Bachiller
Pero mi idea hoy era probar el famoso brunch de Salvador Bachiller, y así lo he hecho. Por 19,95€ puedes elegir entre:
- Café o té (tienen muchas variedades diferentes).
- Mimosa, zumo natural o Bloody Mary.
- Bowl de açai, tortitas, crumble de yogur o gofre con dulce de leche y plátano.
- Huevo Benedict con jamón o salmón, focaccia de tomate, mozzarella y pesto, o tacos de pollo.
Las raciones tienen un tamaño bastante aceptable y, lo que he probado, estaba muy rico. El Bloody Mary quizás un poco fuerte de vodka, pero el gofre estaba para tomarse dos o tres, y el huevo bastante bien también.
Lo mejor: el ambiente
Aunque lo que más me ha gustado ha sido el ambiente, con la música relajante y un CD de pajaritos cantando. Todo con esa decoración tan exótica.
Es cierto que he ido un jueves a las doce de la mañana y sólo había cuatro mesas ocupadas, pero realmente me han ofrecido lo que anuncian: un oasis en plena Gran Vía de Madrid.
Conclusión
Nunca pensé que una tienda de bolsos y maletas pudiera dar tanto de sí, pero debo reconocer que El Invernadero de Salvador Bachiller sorprende, y merece totalmente una visita.
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